Las primeras versiones del mito del unicornio son del médico griego Ctesias, historiador griego del siglo V a. C., y datan del año 400 a. C. durante sus expediciones a la India, quien lo describió como un animal silvestre de la India con la aparencia de un caballo, pero con el cuerpo albo, la cabeza púrpura y los ojos de color azul intenso. El cuerno de esta prodigiosa bestia, según la descripción de Ctesias, era negro con la punta roja y la base blanca, y tenía propiedades medicinales que permitían sanar problemas estomacales, epilepsia o envenenamientos.
Grabado al Buril
Unicornios 1942
Federico Cantú
También era descrito como un animal blanco con cuerpo de caballo, barba de chivo, patas de ciervo y cola de jabalí o de león, con un cuerno espiral en su frente que crecía recto hacia delante. El unicornio era un animal de hábitos solitarios y muy esquivo, pero igualmente agresivo, así que su caza era particularmente difícil. Los nobles de la Edad Media enviaban cazadores a la India para dar caza al unicornio.
Durante la Edad Media era perseguido por su cuerno ya que brindaba protección contra todos los venenos así como enfermedades, lo cual lo hacía muy longevo a quien se lo administraba; los nobles y los hombres buscaban estos dones consumiendo ese cuerno en forma de polvo en la comida y bebida, preferiblemente en una copa hecha del mismo material. Por obtener este remedio contra la muerte, los nobles de la antigüedad pagaban cifras astronómicas. De este modo creían que jamás podrían ser envenenados.
En realidad, la materia prima de estas milagrosas copas debía provenir de los cuernos de algún rinoceronte o del comillo del narval, una pequeña ballena cuyos machos desarrollan tales colmillos a partir de uno de los dos únicos dientes que poseen. Se ha especulado mucho sobre la identidad del animal que pudo haber dado principio a la leyenda del unicornio. La explicación más plausible es que naciera como un intento de Ctesias y sus ayudantes de describir el rinoceronte de la India, un animal de hasta cuatro toneladas que, efectivamente posee un único cuerno sobre su hocico.
A su vez simbolizaba la virginidad, es por ello que se creía que la peligrosa caza del unicornio se simplificaba mucho cuando los cazadores usaban una joven virgen con la que atraer a la criatura y amansarla, de forma que matarlo resultaba mucho más fácil.
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