Federico Cantú 1897-1989
Ceres
La mayoría de los pintores Mexicanos han dedicado su labor creativa a la obra por encargo y es ahí donde el retrato, el dibujo, la escultura y el grabado tiene un valor preponderante.
Esta obra en donde Cantú evoca la imagen de la “Diosa Ceres” no serán excepción, porque los temas mitológicos traídos a la mexicanidad son una constante en su legado, por ello frecuentemente, esta visión se funde con retratos y pensamientos que el artista lleva consigo para transformarlos en obras selectas; Recordemos que Eurídice la convierte en Gloria Calero Y porque no, él se convierte en “Orfeo” tratando de salir del inframundo , a Don Alfonso Reyes lo convierte en “Poeta Laureado” recordando el pasaje de La metamorfosis de Daphne y Apolo y fundiéndolo en un hermoso tótem que custodia la Capilla Alfonsina en la UANL
En esta obra la modelo se convierte en una especie de “Ceres Mexicana”
Y que más tarde se trasformar en la primer placa de grabado titulada “Ceres” seguida de
maravillosas y sutiles placas de acero, cobre y oro que darán salida a un centenar de obras graficas.
Ceres era hija de Saturno y Ops , madre de Proserpina, hermana de Juno, Vesta, Plutón y que Enseñó a los hombres el arte de cultivar la tierra, de sembrar, recoger el trigo y elaborar pan, lo que hizo que fuese considerada diosa de la agricultura. Su hermano Júpiter, prendado de su belleza, engendró con ella a Proserpina (asimilada a Perséfone en la mitología griega). También Neptuno se enamoró de ella, y para escapar de éste Ceres se transformó en yegua, pero el dios se dio cuenta y se transformó a su vez en caballo, siendo así Ceres madre del caballo Arión.
De ahí Federico Cantú decide en 1962 plasmar de manera monumental todo este pensamiento cultivado a lo largo de su vida creativa en el paraje de Los Altares en la carretea a Linares en Nuevo León, donde trasforma a “Ceres” en una dualidad Mesoamericana visualizándola como “Xilonen” Diosa del maíz
Ceres era también la patrona de Enna (Sicilia). Según la leyenda, rogó a Júpiter que Sicilia fuese ubicada en los cielos. El resultado, debido a que la isla tiene forma triangular, fue la constelación Triangulum, uno de cuyos nombre antiguos fue «Sicilia».
Tenía doce dioses menores que la ayudaban y estaban a cargo de los aspectos específicos de la agricultura: Vervactor, que transforma la tierra en barbecho; Reparator, que la prepara; Imporcitor (del latín imporcare, ‘hacer surcos’), que la ara en anchos surcos; Insitor, que siembra; Obarator, que ara la superficie; Occator, que la escarifica; Sarritor, que la escarda; Subruncinator, que la clarea; Messor, que cosecha; Conuector, que transporta lo cosechado; Conditor, que lo almacena; y Promitor, que lo distribuye.
Adolfo Cantú-Art Consultant & Specialist
Cantú Y de Teresa Collection