domingo, 28 de noviembre de 2010
Cristo llorado por los ángeles
Sin duda que una de las aportaciones más importantes que Federico Cantú hiciera a la pintura del siglo XX, fue el cultivo místico , mismo que siempre estará entretejido en nuestra historia y que Cantú codifico en gran parte de su obra. Por ello en sus grabados, murales, oleos y esculturas surge un sin numero de símbolos litúrgicos con un gran sentido estético .
“Cristo llorado por los ángeles”
La presencia de Francesco Francia en la obra de Federico Cantú
Recién se encuentra en México en el MUNAL la obra de Francesco di Marco di Giacomo Raibolini (Bolonia, c. 1450 – Bolonia, 5 de enero de 1517), llamado Francesco Francia, que fue un pintor, orfebre y medallista italiano, activo en la ciudad de Bolonia.
La obra de Francesco Francia a la que nos referimos se titula “Cristo muerto y dos ángeles”
Que Cantú retoma en un boceto de 1926 con el nombre de “Cristo llorado por los ángeles”
Tiutulo utilisado por Felice Riccio, llamado Felice Brusasorci o Brusasorzi (Verona, 1539/1540 - Verona, febrero de 1605), pintor italiano del último Renacimiento, que practicó el estilo manierista.
Federico Cantú hacía referencia de su inclinación por la obra de los grandes maestros
por ello gran parte de su obra esta basada en temas del todo universal
Si bien sabemos que este conocimiento promovido por la Grande Chaumiére; que alentaba a sus alumnos a la contemplación y análisis de obras maestras , será para Cantú
la veta inagotable que dará pauta a su laboriosa temática, por ello y como gran analista de obras europeas, tanto en técnica como en composición , Cantú cultivara una inclinación por los temas bíblicos .
lunes, 15 de noviembre de 2010
Ceres Grabado al buril Federico Cantú 1907-1989
En la mitología romana Ceres (de la raíz protoindoeuropea ker, ‘crecer’)[cita requerida] era la diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad. Su equivalente en la mitología griega era Deméter.
Ceres era hija de Saturno /Cronos y Ops / Rea, hermana de Júpiter /Zeus, madre de Proserpina / Perséfone y hermana de Juno / Hera, Vesta / Hestia, Neptuno / Poseidón y Plutón / Hades.
Enseñó a los hombres el arte de cultivar la tierra, de sembrar, recoger el trigo y elaborar pan, lo que hizo que fuese considerada diosa de la agricultura. Su hermano Júpiter, prendado de su belleza, engendró con ella a Proserpina (Core / Kore). También Neptuno se enamoró de ella, y para escapar de éste Ceres se transformó en yegua, pero el dios se dio cuenta y se transformó a su vez en caballo, siendo así Ceres madre del caballo Arión.
Ceres era también la patrona de Enna (Sicilia). Según la leyenda, rogó a Júpiter que Sicilia fuese ubicada en los cielos. El resultado, debido a que la isla tiene forma triangular, fue la constelación Triangulum, uno de cuyos nombre antiguos fue «Sicilia».
Tenía doce dioses menores que la ayudaban y estaban a cargo de los aspectos específicos de la agricultura: Vervactor, que transforma la tierra en barbecho; Reparator, que la prepara; Imporcitor (del latín imporcare, ‘hacer surcos’), que la ara en anchos surcos; Insitor, que siembra; Obarator, que ara la superficie; Occator, que la escarifica; Sarritor, que la escarda; Subruncinator, que la clarea; Messor, que cosecha; Conuector, que transporta lo cosechado; Conditor, que lo almacena; y Promitor, que lo distribuye
En Grecia eran numerosas las Demetrias, fiestas de Deméter, la diosa equivalente a Ceres. Los más curiosos eran indudablemente aquellos en los que los seguidores de la diosa se fustigaban unos a otros con látigos hechos de corteza de árboles. Atenas tenía dos fiestas solemnes en honor de Démeter: una llamada Eleusinia y otra, Tesmoforia. Se decía que fueron instituidas por Triptólemo. Se sacrificaban cerdos, debido a los daños que causaban a los frutos de la tierra, y se hacían libaciones de vino dulce.
Los romanos adoptaron a Ceres en 496 a. C. durante una devastadora hambruna, cuando los Libros Sibilinos aconsejaron la adopción de su equivalente griega Deméter, junto con Perséfone y Yaco (mediador entre las diosas eleusinas y Dioniso). Ceres era personificada y honrada por las mujeres con rituales secretos en las fiestas de Ambarvalia, celebradas en mayo con procesiones en las que las romanas vestían el blanco propio de los hombres, quienes eran simples espectadores. Se creía que estas fiestas, para agradar a la diosa, no debían ser celebradas por gente de luto, razón por la que no se celebraron el año de la batalla de Cannas.
Se erigió un templo a Ceres en el monte Aventino de Roma. Su principal festividad era la Cerealia o Ludi Ceriales (‘juegos de Ceres’), instituidos el siglo III a. C. y celebrados anualmente del 12 al 19 de abril.
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