sábado, 13 de abril de 2019



 Mateo el Evangelista, en hebreo מתי (también conocido como Mateo Leví, Leví de Alfeo o Mateo el Apóstol), fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús de Nazaret. La tradición cristiana le atribuye la autoría del Evangelio de Mateo, pero la crítica actual no acepta esta atribución.
Mateo es citado en los Evangelios como Leví, hijo de Alfeo o Cleofás, publicano y recaudador de impuestos en Cafarnaúm (Mateo 9:9, Marcos 2:14, Lucas 5:27-29). Existen pequeñas diferencias en el tratamiento que dan a Mateo los distintos Evangelios.
En el Evangelio de Lucas se le llama Leví. En el de Marcos, se le da el nombre de Mateo en la lista de los apóstoles, pero es llamado Leví cuando se relata la historia de su vocación. Según los tres sinópticos, lo dejó todo al ser llamado por Jesús. Ese mismo día hizo una gran fiesta a la que asistieron Jesús y sus discípulos.
Es mencionado en los Hechos de los Apóstoles, aunque apenas se ofrece información sobre él (Hechos 1:13). Es también uno de los pocos discípulos mencionados por su nombre en el Evangelio de Tomás.
Según Eusebio de Cesarea, predicó durante quince años en Judea, donde escribió su Evangelio hacia el año 80. Según Rufino, después se marchó a Etiopía.
Algunas tradiciones afirman que fue martirizado en Etiopía. En cambio, de acuerdo con Epifanio de Salamis –obispo de Chipre–, Mateo murió en Hierápolis (en Partia) y quien sufrió martirio en Etiopía habría sido Matías, el sustituto de Judas Iscariote.
Mateo es considerado santo por todas las confesiones cristianas que admiten esta distinción. La Iglesia católica celebra su fiesta el 21 de septiembre y la ortodoxa el 16 de septiembre. Según la tradición, sus restos se conservan en Salerno (Italia)

Esta obra iniciada por Federico Cantú en Nueva York , dentro de la libreta titulada , Central Park 1938-39
Es el punto de partida utilizado por el artista para recrear los murales de la parroquia de San Miguel de Allende en 1943 y que posteriomente lleva a la placa de grabado al buril en dos ocasiones , la primera de 1943 y posteriormente en 1954


Adolfo Cantú
Colección de Arte Cantú Y de Teresa


lunes, 8 de abril de 2019

Calvario, también conocido como el Gólgota, fue un sitio que se encontraba cerca del exterior de las murallas de Jerusalén.

Evangelio de Mateo: "Llegaron al sitio llamado Gólgota, que quiere decir lugar de la calavera" 
Evangelio de Lucas: "Cuando llegaron al lugar llamado La Calavera, le crucificaron allí"

En algunas tradiciones cristianas y judías, el Gólgota es el lugar donde se encuentra el cráneo de Adán

Cristo muerto sostenido por un ángel es una de las obras más relevantes de la etapa 
De los 40s de Federico Cantú Garza ( 1907-1989 ) Esta obra fue realizada para incorporase a la serie de frescos de la parroquia de San Miguel de allende , sin embrago tomaría relevancia 
Como grabado al buril  dentro de la obra dedicada a la Letanía Lauretana .
Muchos años despues en la exposición homenaje a Federico en el Palacio de las Bellas Artes 
Se presentaría como una aplicación en un panel para iniciar la sección dedicada a el arte sacro

En el tríptico presentado vemos el trazo para la elaboración de una de las versiones finales
Si bien la disposición de los personajes es similar , el trazo y solución lineal varia de tal manera que podríamos creer con facilidad que se trata de dos maestros del buril de diferentes escuelas.

 

Federico Cantú
Cristo llorado por los ángeles  1944-45
Buril en placa de cobre
Coleccion de arte Cantú Y de Teresa

lunes, 1 de abril de 2019

Federico Cantú 1907-1989
Incansable la visión de Federico en torno a la mitología grecolatina
en esta imagen la Sirena aparece desafiante a Ulises intentando
doblegarlo , sin embrago nuestro héroe loga atarse al mástil de la nave Argos 
para no ser cautivado por el canto de la sirena




Las sirenas (en griego antiguo: Σειρήν Sireinhn, ‘las que atan y desatan/encadenan’, quizá relacionado con el semítico Sir, ‘canto’, y con el griego Kimaira, ‘quimera’) son criaturas marinas mitológicas pertenecientes a las leyendas y al folclore.
Figura antropomorfa creada a partir de una raya disecada y recortada. Museo de Mashhad, (Irán).
Originalmente, en la Antigüedad clásica, se las representaba como seres híbridos con rostro o torso de mujer y cuerpo de ave (similares al Ba de la mitología egipcia) que habitaban en una isla rocosa; a partir de la Edad Media adquirieron apariencia pisciforme: hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas que moraban en las profundidades. En ambos casos se les atribuía una irresistible voz melodiosa con la que atraían locamente a los marineros.


Debido a esa doble forma con que se han presentado a lo largo de la historia, muchas lenguas no latinas distinguen la sirena clásica mujer-ave (inglés siren, alemán Sirene) de la sirena con cola de pez (inglés mermaid, alemán Meerjungfrau), tratándose de hecho de dos criaturas diferentes.
Distintos relatos las hacen descender de los dioses fluviales Aqueloo —una versión las hacía proceder de su sangre cuando ésta fue derramada por Heracles— o Forcis, sea sin intervención femenina o con la de las musas Estérope, Melpómene o Terpsícore, relacionadas con el canto y el baile. Su número es también impreciso, contándose entre dos y cinco. Los nombres registrados incluyen Agláope (la de bello rostro), Telxiepia (de palabras aclamantes) o Telxínoe (deleite del corazón), Pisínoe (la persuasiva), Parténope (aroma a doncella), Ligeia (empleado luego por Edgar Allan Poe para el célebre cuento homónimo sobre una mujer de mortal belleza), Leucosia (ser puro), Molpe (la musa), Radne (mejoramiento) y Teles (la perfecta). En ocasiones se les atribuye el uso de instrumentos musicales como la flauta o la lira además de la voz.
Su fama deriva principalmente del célebre episodio que protagonizan con Odiseo (Ulises) en el citado poema homérico: el héroe aqueo, durante el periplo de regreso a su patria Ítaca y prevenido por la maga Circe, pasa junto a su isla y logra salir indemne del peligro de su canto, gracias a que se hace atar al mástil de su barco mientras que el resto de la tripulación usa tapones de cera para no sucumbir al hechizo.