sábado, 14 de marzo de 2015




La licorne, parfois nommée unicorne, est une créature légendaire à corne unique. Connue en Occident depuis l'Antiquité grecque par des récits de voyageurs en Perse et en Inde, sous le nom de monocéros, elle est peut-être en partie issue du chamanisme oriental à l'origine du Qilin (ou licorne chinoise) et du récit sanskrit d'Ekasringa. La licorne occidentale se différencie toutefois nettement de sa consœur asiatique par son apparence, son symbolisme et son histoire. Sous l'influence du premier des bestiaires, le Physiologos, les bestiaires médiévaux occidentaux et leurs miniatures la décrivent comme un animal sylvestre très féroce, symbole de pureté et de grâce, attiré par l'odeur de la virginité. Les chasseurs utiliseraient une jeune fille vierge pour la capturer. Sa forme se fixe entre le cheval et la chèvre blanche. La licorne se voit dotée d'un corps équin, d'une barbiche de bouc, de sabots fendus et surtout d'une longue corne au milieu du front, droite, spiralée et pointue, qui constitue sa principale caractéristique comme dans la série de tapisseries La Dame à la licorne.

lunes, 2 de marzo de 2015

 Federico Cantú
El Salón de la Plástica Mexicana
Tiene el honor de presentar la exposición-homenaje
Una pequeña mirada en el Universo de Federico Cantú

Esta muestra reúne obras de caballete de este gran artista, que transitaron por los principales museos del mundo a lo largo del siglo XX y que hoy  son piezas medulares para el entendimiento de los postulados artísticos de la Escuela Mexicana de Pintura.

Con la versatilidad que caracterizó el trabajo creativo de Cantú, en esta ocasión, aquí, presentamos proyectos, tintas, óleos, esculturas y grabados, ordenados a partir de cinco ejes temáticos:

Cantú en la intimidad de su atelier
Cantú monumental, enseñanzas- Ángeles y cariátides
La maternidad y el IMSS
A la Gloria de Gloria, Riviere a gauss rivere a duat
Atelier Nueva York  y desnudo
Federico Cantú 1907-1989
Fundador del Salón de la Plástica Mexicana y maestro de muralismo en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, nació en Cadereyta, Nuevo León.
Desde temprana edad su vocación estuvo orientada al arte. Creció en un ambiente permeado por la cultura, propiciado por sus padres, el doctor Adolfo Cantú y la poetisa Luisa Garza “Loreley”.
En 1915, con el vaivén generado por el movimiento revolucionario que se vivía en el norte del país, “Loreley” decidió radicar, junto con sus hijos Federico y Diana, en San Antonio, Texas.
Cuando el pequeño Federico ingresó a la escuela pública en San Antonio, tuvo una oportunidad única para aprender otro idioma y con ello, pronto pudo abrirse paso entre sus compañeros, al grado de que logró colocarse como el preferido de su maestra, quien descubriría en el joven migrante una viva intuición estética y narrativa.